Una mujer de Pekín divorciada, que compartía una gran afición por los juegos online con su ex marido, pidió a instancias judiciales que el dinero virtual y otros objetos obtenidos en la red fueran divididos entre los dos luego de la separación.
Aseguró que aunque esos bienes permanecían ahora en poder del ex esposo, pues jugaban usando la identificación y contraseña de éste, los habían logrado juntos.
El Tribunal Popular de Shunyi desestimó la petición, al señalar que este tipo de bienes virtuales sólo pueden regularse por la ley si tienen relación con el mundo real, por ejemplo, si hubieran tenido que pagar dinero de verdad para tenerlos.
Los temas relacionados con los objetos virtuales han llegado a los tribunales chinos en más de una ocasión; hasta se han producido denuncias por robo en casos similares. Además, el éxito de algunas formas de dinero virtual de webs chinas ha llevado al Gobierno a intervenir para evitar que éstas hicieran una peligrosa competencia al yuan, la moneda nacional del país asiático.
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