Más de 50% de los niños que envían mensajes de texto o usan Internet antes de acostarse tienen problemas para dormir.
Eso concluyó un estudio realizado por el Centro Médico John F. Kennedy en Estados Unidos, que analizó a 40 participantes de entre 8 y 22 años de edad.
Los científicos aseguraron que las consecuencias también se ven durante el día: sufren alteraciones del ánimo, el comportamiento y las capacidades cognitivas.
El investigador Peter Polos, señaló que si los niños y jóvenes comienzan a esa edad con esa conducta, pueden necesitar posteriormente de una estimulación externa para conciliar el sueño y padecer trastornos como no poder dormir, despertar muchas veces durante la noche y despertarse muy temprano en la mañana.
Para evitar esos problemas, recomendaron a los padres que les hagan mantener horarios y hábitos de descanso regulares, estimulen la actividad física y les proporcionen un dormitorio apropiado.
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