[ Científicos del University College de Londres instan a los padres a no fumar en casa o abandonar el hábito ]
La salud mental de los niños puede resultar afectada por el humo del cigarrillo que fuman sus padres. Los hace más propensos a padecer problemas como hiperactividad y mala conducta.
“La evidencia indica que los padres que fuman deberían abandonar el hábito o al menos no fumar en casa”, indicó Mark Hamer, del University College de Londres.
En Estados Unidos, 2 de cada 3 niños de entre 3 años y 11 años de edad están expuestos al humo de cigarrillo que fuman otras personas, y 1 de cada 5 niños y adolescentes de 9 años a 17 años de edad ha sido diagnosticado con algún tipo de desorden mental o adictivo, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Hamer y sus colegas estudiaron a 901 británicos de entre 4 años y 8 años de edad. Midieron sus niveles de un subproducto del humo de cigarrillo en la saliva para evaluar la exposición e hicieron que sus padres completaran un cuestionario sobre problemas emocionales, conductuales y sociales. En promedio, cuanto mayor era la exposición del niño al humo del cigarro, peor era su salud mental.
Los resultados se mantuvieron aun después de que los expertos tuvieron en cuenta otros factores que podían afectar la salud mental, como el asma, la actividad física y los ingresos familiares. Sin embargo, en la investigación publicada en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine advirtieron que no pueden descartarse otras, por lo que se requiere más estudios.
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